La tercerización de servicios industriales. Grandes compañías y pymes. Una crítica, desde la experiencia

Dra. LA  Aldana D. Mierke

Integrante de la Comisión de Licenciados en Administración

Argentina es un país que se caracteriza por sus grandes extensiones de tierras aptas de ser explotadas, tanto sea para agricultura, como ganadería, incluso la industria o los servicios.

Económicamente hemos pasado por diversas crisis que han ido marcado puntos de inflexión, donde las pymes o las grandes compañías debieron acompañar los cambios y las directivas, para tratar de salir airosas de las variables que se veían modificadas.

En ese aspecto, y dentro de la tercerización de servicios, las empresas de mayor tamaño no  han sido la excepción.

Como suele ocurrir, las compañías buscan tercerizar servicios porque existen actividades que no refieren a la principal y, por ende, se elige que otra empresa realice esas labores, gestionando de forma más eficiente y optimizando el uso de los recursos.

Muchas pymes de nuestro país brindan a aquellas grandes compañías con sedes en países vecinos y no tan cercanos, esos servicios que pretenden no dejar de realizarlos, sea por necesidad, por imposición o por decisiones estratégicas.

El interrogante se plantea cuando existe una disociación entre lo requerido técnicamente por los sectores operativos, el sector de compras, y la bajada de línea de casas centrales que no están ni dentro del país ni conocen los pormenores de las actividades a realizarse en si mismas. Ese conjunto de discrepancias termina afectando en forma negativa a la pequeña industria, que habiendo puesto todo el trabajo, conocimiento específico, tiempo, inversiones, capitales, recursos humanos y materiales , se la suele desplazar porque técnicamente los indicadores dentro de un cuadro que emana de un ordenador, no arrojan los valores esperados, y cuya auditoría la realizan esos líderes, a la distancia o presencialmente pero sin tener la suficiente claridad de lo que las pymes pueden hacer, se les indica realmente y lo solicitado, que en estos casos termina no siendo claro.

¿En qué momento la compañía hace un trabajo de campo en el transcurso de los días o meses, visitando plantas, yendo a lugares donde se brindan los servicios, viendo el trabajo in situ, analizando, trabajando en equipo con el pequeño proveedor, motivando y autorizando cambios, haciendo esa sinergia necesaria para que ambas partes generen ingresos y rentabilidad, y propicien la continuidad en forma correcta y con bases sólidas? Sería interesante que sean temas de profundo análisis entre la pequeña y la gran industria.

Días atrás, y trabajando dentro de una pyme, ocurrió un caso que me motivó a escribir desde la experiencia.

Una conocida cervecería y maltería de nuestro país, cuyos orígenes datan del año 1800, está siendo gestionada casi en su totalidad por la casa que está en Brasil. Aquí, esta industria cuenta con varias plantas. Una está situada hacia el norte de la provincia de Buenos Aires, con gran cantidad de producción, recursos utilizados de todo tipo y controlada en un primer eslabón  por otra casa situada hacia el oeste de Buenos Aires.

En forma precisa, medio ambiente estatal, los obliga a controlar las emisiones de efluentes y todo desperdicio orgánico, desde siempre. Hace unos años, se impulsó un tratamiento de barros que permitía que ese residuo se transforme en un subproducto sin valor comercial, con

componentes anaeróbicos, de forma que se renueve permanentemente la composición, que a su vez se dispone en campos dispuestos a tales efectos.

Debido a la falta de inversión en mejoramiento de parcelas por parte de la gran compañía, caminos sin realizarse, puentes precarios y demás impedimentos, lograron que en una parcela en especial se sature el suelo, responsabilizando a la pyme proveedora, siendo esta un eje fundamental en la insistente necesidad de cambios en las decisiones que emanan de niveles superiores, no siendo escuchadas, y omitidas en su totalidad.

Como resultado de la licitación surgió otro proveedor, de mediano tamaño, quien se supone realizará las tareas de acuerdo a como le son indicadas, y de acuerdo al trabajo de campo que hizo el proveedor anterior en forma permanente.

La necesidad era real, fue indicada por la pyme, pero desde casa central del país vecino, solo se anoticiaban de los indicadores, y nunca supieron técnicamente qué fue realmente lo que estaba sucediendo.

Las pymes, cuando brindan servicios a esas grandes industrias, ¿son realmente tomadas como ejes fundamentales de apoyo a la actividad principal, en forma indirecta? ¿Puede una pyme revertir una decisión tomada detrás de una pantalla que indica que algo está mal, pero sin saber el cómo?

¿Qué procesos deberían generarse ante estas decisiones que se toman precipitadamente, perjudicando a pequeños empresarios que tratan de aportar a la economía, contratando mano de obra calificada, invirtiendo en capital de trabajo, en recursos y apostando a un crecimiento en conjunto?

La respuesta está en el asesoramiento que se le pueda ofrecer a las empresas de pequeña escala, brindando herramientas acordes a las necesidades que surjan durante el transcurso de las operaciones, gestionando costos, invirtiendo en mayor capital de trabajo, en sistemas que ellos puedan proveer a la gran industria y de esa forma se anticipen a lo que pueda ocurrir si no se corrigen los desvíos, teniendo un plan de negocios que sirva de guía para que el órgano decisor de la pyme, sepa qué niveles puede alcanzar si las actividades se realizan de acuerdo a ese plan y pueda demostrarle a la gran compañía, cómo se produce una sinergia si ambos trabajan mancomunadamente, y sin que una auditoría pueda ocasionar imprevistos . La tercerización, en industrias de grandes magnitudes, es un tema que requiere de mayores análisis, de gran compromiso por parte de los recursos humanos que llevan adelante el trabajo en conjunto y de decisiones, que pueden ser a la distancia, pero con un conocimiento pleno de lo que se terceriza y de la forma que impacta en las economías de escalas pequeñas.

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