La nueva economía de triple impacto: empresas B

Hace años comenzamos a hablar de la responsabilidad social empresaria y del balance social como una nueva área de estudio, de carácter interdisciplinaria, donde las Ciencias Económicas tienen un rol protagónico, preponderante y de alto impacto.

El concepto creció y fue mucho más allá, formando parte de un movimiento global, creando algo superador y más ambicioso en pos del bienestar social ambiental y económico: la economía del triple impacto, las empresas B.

Implica un cambio radical en la gestión de las organizaciones, autoimponiéndose en sus estatutos, sus misiones y en la esencia de sus negocios e impactando positivamente en la sociedad, en los trabajadores, en el medio ambiente, entre otros grupos de interés o de relación.

Este movimiento global supo constituir un sistema que permite no solo sostener y retroalimentar la relación entre las personas, la comunidad y el planeta, respaldado por esta nueva filosofía de economía B, sino también alinear los intereses de los mercados con la sociedad en su conjunto. Es decir, las empresas pueden tener ganancias pero a su vez pueden hacer el bien a la sociedad y al medio ambiente, asumen estos últimos compromisos con el mismo rigor que lo hacen con sus objetivos económicos y financieros. Se impone un mandato legal que trasciende a pesar de tener cambios en la propiedad de las empresas o de sus inversionistas.

Es importante que los profesionales en Ciencias Económicas se interioricen e internalicen estos conceptos porque las empresas B ya están marcando tendencia en el mercado y abren un camino de oportunidades y de facilitación al crecimiento económico, social y ambiental.

Son organizaciones que se identifican con generar impactos positivos en todas las dimensiones, apoyando y respetando la protección de los derechos humanos, las normas laborales, promoviendo una mayor responsabilidad ambiental, implementando acciones contra la corrupción, entre otras numerosas buenas prácticas que hacen establecer estándares altos y evolucionados de gestión y transparencia.

Estas empresas son parte de la comunidad, asumen un rol protagónico para dar y recibir. Su crecimiento y desarrollo las posiciona dentro de un status social que les permite acceder a múltiples beneficios. Un ejemplo de todo lo mencionado, a nivel mundial, es la empresa de cosméticos Natura que, entre tantas acciones sustentables, obtiene sus ingredientes de la selva del amazonas, ayudando a conservar más de 1.8 millones de hectáreas de la selva comprando ingredientes a las comunidades que viven allí. Fue reconocida internacionalmente en 2021 con el premio “Best For The World 2021” en la categoría “Medio Ambiente” por el impacto positivo en la cadena ambiental, social y económica.

Las instituciones profesionales iniciaron este camino hace años, creando una comisión sobre contabilidad social y ambiental, incorporando políticas de responsabilidad social, favoreciendo las buenas prácticas para una administración eficiente de los recursos y gastos, promoviendo criterios de máxima transparencia y fomentando inversión en infraestructura y tecnología en pos de la facilitación de la labor profesional, entre tantas otras acciones socialmente responsables.

Continuamos arraigando estas políticas como parte de nuestra cultura, misión y filosofía. Propiciamos el desarrollo institucional, en equilibrio con los intereses de la comunidad profesional, las buenas prácticas sociales y el cuidado del medio ambiente.

Es por todo esto que instamos a los profesionales a que se integren a este camino de crecimiento y de evolución.

Las instituciones acompañan a los graduados en Ciencias Económicas que decidan cambiar, crecer y evolucionar impulsando estas nuevas economías.

#El valor de pertenecer

Dr. CP Carlos G. Omegna – Mat. 9436

Presidente CPCE

Dra. CP Nanci N. Eterovich – Mat. 10486

Presidenta CGCE