Autora: Dra. CP María Noel Broglia | Las organizaciones se enfrentan a una época de cambios disruptivos sin precedentes. En este contexto, es responsabilidad de la auditoría interna liderarlos, adaptándose y evolucionando.
Dra. CP María Noel Broglia (Mat. 12255), integrante de la Comisión de Auditoría.
Los que me conocen saben que tengo una firme convicción en la auditoría continua, y no es una preferencia sin fundamentos. Creo sinceramente que representa un recurso invaluable para nuestra profesión. Cuando comencé mi trayectoria en la auditoría, y hasta hace poco, las pruebas de controles se llevaban a cabo de manera retrospectiva y cíclica. Con frecuencia, se realizaban mucho después de que las actividades supervisadas hubieran ocurrido, y los procedimientos de prueba se basaban en un enfoque de muestreo. Este método ofrecía solo una visión limitada de las evaluaciones y, en general, se llevaban a cabo demasiado tarde para proporcionar un valor real en cuanto al rendimiento de las actividades. Aunque la estadística es una herramienta útil, el uso de muestreo puede dejar de lado aspectos cruciales que no están incluidos en la muestra.
No es necesario convencerlos de que las nuevas tecnologías están transformando nuestro día a día y que los procesos de negocio se adaptan a estas innovaciones. Es evidente que han surgido riesgos que antes no considerábamos, y la pandemia ha acelerado este ritmo de cambio. Ante estas transformaciones, los comités de auditoría y las áreas de auditoría se enfrentan a un desafío significativo: realizar auditorías internas de manera automatizada, generalizada y frecuente. La tecnología desempeña un papel crucial, pero este cambio también implica un nuevo paradigma: la transición de «revisiones periódicas de una muestra de transacciones» a «pruebas de auditoría continuas que abarcan la totalidad».
Veamos qué significa la auditoría continua según diferentes instituciones:
Según el Instituto Americano de Contadores Públicos Certificados (AICPA), la auditoría continua es «una metodología para emitir informes de auditoría simultáneamente, o poco después, de que ocurran los hechos relevantes».
El Instituto de Auditores Internos (IIA), en su Guía GTAG Número 3, la define como «la secuencia de actividades que van desde la evaluación continua del control hasta la evaluación continua de riesgos».
Para la Asociación de Auditoría y Control de Sistemas de Información (ISACA), en su Numeral 42, la auditoría continua es «un enfoque que permite recopilar evidencia selectiva de auditoría a través de computadoras. Es un método utilizado por profesionales de auditoría y aseguramiento de TI para evaluar riesgos y controles de manera más frecuente».
Estas instituciones destacan numerosos beneficios de la auditoría continua en sus investigaciones, sin embargo, me gustaría compartir con ustedes los principales beneficios que he experimentado personalmente desde que comenzamos a implementarla hace 5 años:
Para los auditores, la adopción de la auditoría continua significó adentrarse en un mundo previamente desconocido, explorando bases de datos, automatización y códigos. Además, al automatizar las tareas rutinarias, pudimos liberarnos de actividades tediosas, lo que nos brindó más tiempo para análisis más interesantes y desafiantes. Esto generó un mayor entusiasmo y la sensación de estar aportando un valor aún mayor, lo que, en última instancia, aumentó nuestra productividad.
Desde la perspectiva del negocio, la implementación de la auditoría continua resultó en una mayor sensación de control, así como en una mejora en la capacidad para mitigar riesgos. Además, el aumento de la productividad en el equipo de auditoría contribuyó a una mejora en los costos operativos.
Realmente, no existe una fórmula única para implementar la auditoría continua. Cada equipo de auditoría y cada organización son únicos. Sin embargo, en el contexto actual, las expectativas de las direcciones y los gobiernos corporativos son claras: esperan que los auditores internos sean capaces de analizar datos utilizando diversas herramientas informáticas para identificar patrones, tendencias, riesgos y situaciones especiales de manera continua. Este enfoque proporciona una visión completa de la gestión efectiva de riesgos y controles por parte de los líderes organizacionales.
Mientras tanto, las organizaciones se enfrentan a una época de cambios disruptivos sin precedentes, impulsados por avances tecnológicos constantes, la aparición de nuevos riesgos y la dinámica cambiante de las economías. En este contexto, es responsabilidad de la auditoría interna liderar el cambio, adaptándose y evolucionando sin perder de vista su propósito fundamental de agregar valor de manera continua a la organización.
Es hora de trazar un plan estratégico a corto, mediano y largo plazo. Este es un viaje largo que requiere revisión constante. La clave está en comenzar hoy mismo, ya que el tiempo apremia y mañana podría ser demasiado tarde.
Para concluir, aquí tienes una cita inspiradora de Walt Disney que siempre mantengo presente y que guía mis decisiones diarias: «Reflexiona si lo que estás haciendo hoy te acerca al lugar en el que deseas estar mañana».