*¿Qué preguntas contiene tu caja de herramientas?

Autor: Dra. CP Ana María Di Benedetto | Artículo basado en el libro “Cerebrando el Coaching Transformacional: Neurocoaching” de Sebastián Sanchez Fay.

Dra. CP Ana María Di Benedetto

Integrante de la Comisión Gestión de Conflictos


El arte de hacer preguntas “poderosas” denominadas así por el impacto que crea en la otra persona. Preguntar bien es un arte. Preguntas adecuadas, de la forma adecuada y en el momento adecuado. Observar, indagar para escuchar y comprender las propuestas del otro para abrir nuevas posibilidades de acción.

Las preguntas pueden ser “genuinas”, son las que te motivan para llevar a cabo una acción y esperar el resultado que se desea.

 Hay preguntas “abiertas” que invitan a abrir mucho más la conciencia y buscar nuevas soluciones.

El “poder de las preguntas.” Si aplicamos la pregunta correcta y excava lo suficientemente profundo, entonces podemos remover o sacar todas las soluciones posibles.

Tener en cuenta que la meta sea aprender, no cansarse de aprender, abrir la mente, incorporar conocimiento, aprendizajes, dominio para pasar de la zona de confort a la zona de expansión. No pasar tus días en piloto automático.

Vivir la vida de acuerdo al propio plan y no al de otro; ser uno mismo, tener motivos para alcanzar la meta sabiendo que siempre estamos tomando decisiones para lograrlo.

Pensar en el futuro, en cómo nos veremos en 5 o 10 años, cómo nos gustaría ser, cómo imaginamos el futuro de ese proyecto que tenemos en mente…no olvidando que en la Caja de herramientas también tenemos la Escucha Activa, tan imprescindible pues no sólo es oír sino escuchar e interpretar prestando atención.

“Oír” es involuntario mientras que “escuchar” implica la voluntad deliberada de oír y entender.

ESCUHAR = OIR + INTERPRETAR.

“Si escucho activamente haré que el otro se sienta escuchado.”

En la Caja de herramientas podemos preguntarnos también Qué podemos hacer para reflexionar/profundizar en el compromiso y el cambio, en los sentimientos y emociones.

Tener claros los objetivos, cómo nos sentimos en nuestra vida, con nuestra profesión; ante un conflicto, cómo nos hace sentir ese conflicto, qué sentimos cuando pensamos en ello, qué emociones surgen dentro de uno cuando hablamos de ello.

Las emociones son específicas y reactivas, los acontecimientos las preceden. Hay que comprender que tenemos la emoción y no que la emoción nos captura y mantiene cautivos. Debemos operar con la emoción y no desde la emoción. Podemos acceder a transformaciones de nuestra emocionalidad a través del lenguaje, de la comunicación, de la conversación, rediseñar estados de ánimo y preguntarnos Cómo estoy juzgando a la gente que me rodea, a las personas con las que tengo un conflicto. Buscar acciones que realizar para cambiar esos juicios, conversar con terceras personas para no permitir que nuestro estado de ánimo bloquee nuestra acción.

Nosotros podemos declarar quiebres en nuestra vida personal y profesional y no limitarnos a esperar que estos ocurran y preguntarnos Qué situaciones de mi área personal o profesional deseo que NO sigan ocurriendo y cuales deseo que SI ocurran para poder desempeñarnos en el entorno personal y/o laboral de manera efectiva.

Conocer el contexto en el cual nos movemos y el impacto que tiene en las organizaciones y las personas puede ser un puente para mejorar el ambiente de trabajo, promover el trabajo en equipo y la colaboración.

En esta primera parte a través de este artículo, queremos hacer llegar a nuestros colegas conceptos básicos, teóricos aplicados, caja de herramientas, preguntas para la reflexión que les permitan vincularlos con la propia vida personal y laboral.

Fuente: Cerebrando el Coaching Transformacional: Neurocoaching | Autor: Sebastián Sanchez Fay.